La mejor cosecha del siglo XXI, quizás la mejor de nuestra historia.

Un invierno corto pero muy frío hacia el final.

El invierno 2019 se caracterizó por haber llegado muy tardíamente, luego de un otoño muy templado y prolongado que permitió que la vid reconstituyera sus reservas de muy buena forma para iniciar el ciclo vegetativo 2019 2020.

El mes de agosto se caracterizó por ser muy frío y con precipitaciones por debajo de lo normal, determinando que la brotación comenzara de forma muy uniforme entre variedades en los primeros días de setiembre.

La poda invernal se realizó por lo tanto en las fechas deseadas para cada variedad y terroir dentro de nuestros viñedos, permitiendo que al inicio de la primavera todo nuestro equipo estuviese disponible para encarar las tareas primaverales.


Al igual que para la vendimia 2018, una primavera contrastante.

Desde la brotación en los primeros días de setiembre hasta el último día de este mes, el clima fue muy benigno, con temperaturas típicamente primaverales y días muy soleados, haciendo que la vid brotara y comenzara a mostrarnos sus inflorescencias de forma muy uniforme.


Nuestro equipo comenzó a realizar las tareas de desbrotes, seleccionando aquellos brotes mejor ubicados y distribuidos dentro de cada planta, para prepararla de la mejor forma posible para una gran vendimia.


Octubre fue al contrario, un mes muy nublado y lluvioso, con precipitaciones que más que duplicaron la normal climática para nuestra región.


Estas condiciones nos generaron un gran desafío en cuanto a manejar y tratar cada una de nuestras parcelas de la forma más adecuada para que las enfermedades no se instalasen en nuestros viñedos y afectasen nuestro potencial cualitativo.


La decisión que habíamos tomado en el invierno de incorporar nueva maquinaria más moderna, más respetuosa del medio ambiente y de la seguridad de nuestros operarios nos permitió alcanzar de mejor forma estos objetivos.


A partir de la floración comienza a gestarse una vendimia memorable.


Las precipitaciones importantes cesaron hacia fines de octubre. Cuando la floración de las variedades más tempranas, Chardonnay y Pinot noir, llegó, el clima ya se había tornado típicamente primaveral, con temperaturas y horas de sol que fueron aumentando a medida que el ciclo vegetativo de la vid avanzaba.


A partir de ese momento, los trabajos del viñedo se concentraron en la conducción de la vegetación en las espalderas y en deshojes, buscando optimizar las condiciones del microclima a nivel de la zona de los racimos, adaptando la intensidad del deshoje a las necesidades de cada variedad, más intensos y tempranos en nuestras variedades tintas con mayor requerimiento de iluminación para maximizar su potencial de color y madurez polifenólica: Tannat, Malbec, Petit Verdot , Cabernet-Sauvignon, Cabernet Franc, Arinarnoa y nuestra más reciente incorporación el Marselan. En las variedades blancas Chardonnay y Sauvignon blanc, así como en el Pinot noir, los deshojes son menos intensos buscando potenciar sobre todo la concentración aromática de las mismas.


La primavera se finaliza con precipitaciones acumuladas entre los meses de noviembre y diciembre del 50 % con respecto a la normal climática y con temperaturas y radiación solar características para esta época.


Un verano muy soleado y seco.


Las condiciones climáticas muy favorables de noviembre y diciembre se siguieron afianzando durante enero y febrero, con precipitaciones en estos dos últimos meses que acumularon solo 62 mm (30 % de la normal climática).


Todo nuestro trabajo se concentró entonces en efectuar un manejo particular a cada parcela, regulando más tempranamente, la carga de uva de las mismas, para que, en aquellas parcelas de suelos más pobres, el déficit de precipitaciones no pasara a ser excesivo y repercutir negativamente en tan promisoria calidad de las uvas.


Este descenso paulatino en el régimen hídrico asociado a una radiación solar intensa y temperaturas normales dieron lugar a que la maduración de todas las variedades se diera en condiciones óptimas, con niveles de déficit hídrico moderado para las variedades tempranas, favoreciendo en ellas la expresión aromática de las mismas y de moderado a fuerte para las variedades tintas más tardías lo que aseguró la obtención de alta concentración en color y polifenoles asociados a un muy buen equilibrio con los parámetros de azúcar y acidez. 


La vendimia: cada variedad cosechada en su óptimo estado de madurez.


Volvimos a tener por lo tanto desde el envero hasta la cosecha, al igual que en las vendimias 2015 y 2018, condiciones climáticas típicas de un clima mediterráneo, permitiendo que cada variedad fuese cosechada en su momento óptimo de madurez, dependiendo del objetivo del vino al cual serán destinadas: espumoso natural, vinos jóvenes y frescos, reservas o Icono.


La vendimia comenzó el 10 de febrero con el Chardonnay destinado a vino espumoso y finalizó el 25 de marzo con el Cabernet Sauvignon.


Nuestras distintas parcelas de Tannat fueron cosechadas según su objetivo de vinificación entre el 26 de febrero (parcela SF 10 destinada a Tannat Maceración carbónica) y el 11 de marzo (parcela SF 12 destinada a vinos Reservas e Icono). Será una añada que permitirá disfrutar desde la intensidad frutal en nuestro Maceración Carbónica hasta la gran madurez de taninos de nuestros vinos Reserva y de gran Guarda.


Variedades muy exigentes desde el punto de vista climático como Malbec, Petit Verdot y Arinarnoa alcanzaron al igual que las anteriores, niveles de madurez muy destacados. Para el Malbec y la Arinarnoa esta fue la vendimia en la cual alcanzaron sin ninguna duda su mayor nivel de potencial cualitativo.


El Marselan proveniente de nuestra parcela SF 1 y LN 1 comienza a darnos vinos de un equilibrio y color destacado que nos hacen recordar claramente a su progenitor CabernetSauvignon.


Esta vigésima primera vendimia del nuevo milenio nos ha permitido elaborar vinos que serán recordados por su destacable equilibrio entre intensidad y fineza, haciendo que cada uno de ellos pueda destacarse en su categoría.

C O S E C H A 2 0 2 0

Todos los derechos reservados ®2020, Prohibida su edición total o parcial sin autorización. – Bodega Pizzorno All Rights Reserved ®2020, Total or partial edition without authorization not allowed. – Pizzorno Winery

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2020 wine Harvest report: the best of the century, perhaps the best in our history.

A short but very cold winter towards the end

Winter was characterized by having arrived very late, after a very mild and prolonged autumn that allowed the vine to reconstitute its reserves successfully in order to start the 2019/2020 vegetative rest.

August was particularly very cold and with rains under average, causing the budburst to begin very uniformly among grape varieties in the first days of September.

The winter pruning, therefore, was carried out on the desired dates for each variety and terroir within our vineyards, allowing our team to be ready to face spring tasks by the beginning of the season.

Like 2018 harvest, a contrasting spring

From the budburst in the first days of September to the last day of this month, the weather was very mild, with typically spring temperatures and very sunny days, causing the vine to budburst and begin to show us its inflorescences in a very uniform way.

Our team began to perform the budburst tasks, selecting those best located and distributed within each plant, to prepare it in the best possible way for a notable harvest.

On the other hand, October was a very cloudy and rainy month, with level of precipitations twice as much as the usual for our region.

These conditions created a great challenge in terms of managing and treating each of our parcels in the most appropriate way so diseases that can affect the grape don ́t settle in our vineyards and affect our quality potential.

The decision we made of acquiring modern machinery, allowed us not only to care about environment and labors safety but also to achieve our goals in a better way.

After flowering, a memorable vintage begins to develop

Significant rainfall stopped towards the end of October. When the flowering of the earliest varieties, Chardonnay and Pinot Noir arrived, the climate had already turned typically spring, with temperatures and hours of sunshine increasing as the vine’s vegetative cycle progressed. 

From that moment, the vineyard works were focused on driving of the vegetation on the trellises and on leaf plucking, seeking to optimize the microclimate conditions at the level of the bunch area, adapting the intensity of leaf plucking to the needs of each variety, more intense and earlier in our red varieties with the highest lighting requirement to maximize their color potential and polyphenolic maturity: Tannat, Malbec, Petit Verdot, Cabernet#Sauvignon, Cabernet Franc, Arinarnoa and our most recent addition, the Marselan. In our white varieties, Chardonnay and Sauvignon blanc, as well as in the Pinot noir, the leaf plucking is less intense, seeking above all to enhance the aromatic concentration.

Spring ends with accumulated rains between the months of November and December of 50% comparing with the normal weather and with temperatures and solar radiation characteristic for this time.

Dry and a very sunny summer

The prosperous climatic conditions of the last months of the year continued to strengthen during January and February, accumulating in these last two months rains of 62 mm (30% of normal climate).

All our work was then concentrated on carrying out a particular management for each parcel, regulating the grape volume of each one, so that in those parcels with poorer soils, the rainfall deficit would not become excessive and would have a negative impact on the promising quality of the grapes.

This gradual decrease in the water regime associated with intense solar radiation and normal temperatures led to the maturation of all the varieties under optimal conditions, with moderate water deficit levels for the early varieties, favoring in them the aromatic expression, and moderate/strong for the later red varieties, which ensured the obtaining of high concentration in color and polyphenols associated with a very good balance compare with the parameters of sugar and acidity.

The harvest: each variety harvested in its optimal state of maturity.

As a result, we had once again, from veraison to harvest, as in the 2015 and 2018 harvests, typical climatic conditions of a Mediterranean climate, allowing each variety to be harvested at its optimum moment of maturity, depending on the objective of the wine to which they will be destined: natural sparkling, young and fresh wines, reserves or Icon. 

The harvest began on February 10 with the Chardonnay for sparkling wine, and ended on March 25 with the Cabernet Sauvignon.

Our different parcels of Tannat were harvested according to their winemaking objective between February 26 (parcel SF 10 destined for Tannat Carbonic Maceration) and 11 March (SF 12 plot for Reserva and Icon wines). It will be a vintage that will allow us to enjoy everything from the fruity intensity of our Carbonic Maceration to the great maturity of tannins in our Reserva and great Guarda wines.

Varieties very demanding from the climatic point of view such as Malbec, Petit Verdot and Arinarnoa reached, like the previous ones, very outstanding levels of maturity. For Malbec and Arinarnoa this was the harvest in which they undoubtedly reached their highest level of qualitative potential.

The Marselan from our SF 1 and LN 1 parcel begins to give us wines of a balanced and outstanding color that make us clearly remember their parent Cabernet-Sauvignon. 

This twenty-first vintage of the new millennium has allowed us to produce wines that will be remembered for their remarkable balance between intensity and finesse, making each one of them distinguish itself in its category.

H A R V E S T 2 0 2 0

All rights reserved ®2020, Prohibited its total or partial edition without authorization. – Bodega Pizzorno All Rights Reserved ®2020, Total or partial edition without authorization not allowed. – Pizzorno Winery

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